Aditivos alimentarios, ¿buenos o malos?
- Redacción I&V News
- 15 jun
- 2 Min. de lectura

Una mirada clara y necesaria
¿Son químicos innecesarios? ¿Son los culpables del deterioro de nuestra salud?
Los aditivos alimentarios suelen estar en el centro de muchas controversias, pero entender qué son y por qué están en nuestros alimentos es clave para tomar decisiones informadas y responsables.
¿Qué son los aditivos alimentarios?
Los aditivos son sustancias que se incorporan a los alimentos para cumplir funciones específicas como:
Conservar su frescura (conservadores)
Mejorar su apariencia o sabor (colorantes, saborizantes)
Estabilizar texturas (emulsionantes, espesantes)
Asegurar la calidad microbiológica (antimicrobianos)
Están regulados estrictamente por organismos como la FDA (EE.UU.), EFSA (Unión Europea) y Codex Alimentarius (a nivel global), que determinan qué sustancias pueden usarse, en qué cantidades y para qué propósitos.
¿Por qué son importantes los aditivos?
1. Hacen posible que los alimentos lleguen más lejos
Los aditivos como los conservadores permiten que un producto se mantenga en condiciones seguras durante más tiempo. Esto es vital para que los alimentos puedan transportarse entre países, regiones e incluso zonas rurales sin cadena de frío constante.
Sin aditivos, muchos alimentos procesados o listos para comer no serían viables fuera del lugar donde se elaboran.
2. Ayudan a reducir el desperdicio de alimentos
Evitan el crecimiento de microorganismos.
Prolongan la vida útil sin necesidad de congelación.
Mantienen el sabor, textura y color por más tiempo.
Esto se traduce en menos productos que se tiran en supermercados, restaurantes y hogares, y ayuda a cumplir objetivos de sostenibilidad.
3. Son evaluados por su seguridad
Cada aditivo aprobado ha pasado por extensas evaluaciones toxicológicas. Además, se establecen los llamados “niveles de ingesta diaria aceptable” (IDA) que garantizan un uso seguro incluso en dietas prolongadas.
Esto no significa que todos los aditivos sean iguales ni que no debamos prestar atención. Algunos están más cuestionados que otros (como ciertos colorantes artificiales), y cada país puede tener su propio enfoque regulatorio.
¿Entonces son buenos o malos?
La respuesta no es absoluta. Son herramientas. Su uso adecuado y regulado puede ser muy beneficioso, pero el abuso o la falta de transparencia en su etiquetado puede generar desconfianza.
Lo positivo:
Hacen más accesibles alimentos seguros y estables
Permiten innovación en la industria
Contribuyen a la seguridad alimentaria global
Lo que hay que vigilar:
Lectura del etiquetado: saber qué contiene lo que comemos
Regulaciones locales: no todos los países tienen el mismo control
Balance: una dieta basada solo en procesados, con muchos aditivos, no es ideal
Recuerda que si un aditivo causa daño a la salud, está prohibido por la autoridad y no por un tiktoker
En un mundo donde necesitamos alimentar a millones de personas, reducir el desperdicio y garantizar inocuidad alimentaria, los aditivos tienen un rol clave. Más que rechazarlos, lo importante es entender cómo se usan y exigir que se usen bien.
Como consumidores, leer las etiquetas e informarse es una forma de participar. Como industria, la transparencia y el cumplimiento regulatorio son innegociables.