Despidos y recontrataciones en el CDC

Personal en el ojo del huracán: despidos y recontrataciones en el CDC

La reciente ola de despidos en el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) no solo afectó áreas médicas o epidemiológicas: también golpeó al personal que participa en investigaciones de enfermedades transmitidas por alimentos.

Así lo reporta Food Safety News, señalando que entre los empleados despedidos y luego recontratados están 70 “investigadores de enfermedad” del Epidemic Intelligence Service (EIS), quienes colaboran en la identificación y rastreo de brotes de origen alimentario.

El trasfondo político y presupuestal del gobierno estadounidense está en el centro de esta decisión.

Durante el cierre parcial del gobierno, la administración ordenó despidos masivos para recortar gastos, pero algunas de esas medidas se revertieron luego por errores administrativos o la presión pública.

Riesgos para la seguridad alimentaria

• Faltan recursos humanos especializados para investigar brotes emergentes, demorando la detección y respuesta en casos de intoxicaciones alimentarias.

• Las áreas sometidas a recortes incluyen unidades clave como Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR), esenciales para la comunicación de alertas sanitarias.

• La incertidumbre institucional puede afectar la confianza de socios internacionales y programas colaborativos en vigilancia alimentaria.

Porqué afecta a la industria alimentaria

Para empresas e investigadores en seguridad alimentaria, esto sirve como recordatorio de que los sistemas reguladores y agencias de salud pública no son inmutables. En este caso son esenciales.

• Mantener canales abiertos de comunicación con autoridades sanitarias y organismos públicos.

• Fortalecer la vigilancia interna (análisis, trazabilidad, monitoreo) para operar con resiliencia.

• No depender exclusivamente del apoyo externo: contar con capacidades propias de respuesta es cada vez más crítico.

Estas políticas abruptas de despidos y recontrataciones en el CDC pone en evidencia que incluso los sistemas más robustos pueden verse afectados por decisiones políticas o errores administrativos.

Para quienes trabajamos en inocuidad alimentaria, es un llamado a fortalecer nuestras bases técnicas, documentación, capacidad de reacción y alianzas institucionales.

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